El síndrome aórtico agudo (SAA) engloba tres patologías diferentes que comparten fisiopatología, diagnóstico y tratamiento: úlcera aórtica penetrante (UPA), hematoma intramural y disección aguda de aorta.
Estas patologías tienen una alta mortalidad por lo que el objetivo principal es la rápida actuación diagnóstica y terapéutica.
La úlcera se desarrolla en el contexto de una enfermedad ateroesclerótica avanzada que afecta a la aorta. Inicialmente la placa ulcerada es asintomática, localizándose en la capa íntima que puede llegar a romperse penetrando hasta la capa media de la pared arterial. Este proceso puede complicarse con la formación de un hematoma intramural que puede evolucionar a la rotura directa o a la formación de aneurismas.
Su localización más frecuente es la aorta torácica descendente, en la clasificación de Stanford tipo B, y dentro de esta localización, el tercio distal de la misma.
Típicamente afecta a pacientes mayores de 65 años, hipertensos y con ateroesclerosis difusa. La mayoría de las úlceras son asintomáticas y se descubren durante la realización de algún estudio de imagen.
Cuando son sintomáticas la clínica típica es la de un síndrome aórtico agudo caracterizado por dolor torácico.
Se presenta el caso clínico de un paciente asintomático con úlcera penetrante de aorta.
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