El acceso vascular de elección para la hemodiálisis es la fístula arteriovenosa nativa. Sus ventajas respecto a las fístulas protésicas y a los catéteres venosos centrales son una mayor durabilidad, menor morbimortalidad y menores infecciones.
En las guías de práctica clínica, las fístulas humerobasílicas (FHB) son la tercera opción de los accesos nativos, por detrás de las fístulas radiocefálicas y de las humerocefálicas
Las FHB presentan cifras de permeabilidad muy elevadas, superiores al 70% en el primer año. Su principal inconveniente es que gran parte de su recorrido es subfascial y esto hace muy difícil su canulación. Además, la vena basílica se encuentra muy próxima a la arteria braquial y al nervio mediano y puede producirse yatrogenia en la canulación.
Para poder utilizar esta fístula correctamente, es recomendable superficializarla en su trayecto.
Objetivo
El objetivo del estudio es presentar nuestra experiencia de FHB superficializadas en un segundo tiempo. Se analizan la permeabilidad, el grado de dificultad para la canulación y el confort del paciente durante la hemodiálisis.
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