La cateterización vascular es el procedimiento invasivo que se realiza con mayor frecuencia en los hospitales. La bacteriemia relacionada con el catéter vascular (BRC) es uno de los principales problemas evitables en relación con los programas de seguridad del paciente.
En los últimos años se están implantando paquetes de medidas preventivas y listados de verificación. Se sigue el modelo de la Johns Hopkins University School of Medicine en Michigan, que incluía una estricta vigilancia de la BRC y la introducción de un paquete de cinco medidas de prevención1.
En las UCI españolas se implantó el Proyecto Bacteriemia Zero, con excelentes resultados. Este programa, además de un paquete de medidas concretas, contaba con un plan de seguridad en el que se incluía una lista de comprobación, formación del personal y mejora de la comunicación entre los diferentes estamentos implicados, así como monitorización de los procedimientos e indicadores.
Así pues, existen unas medidas de prevención básicas que iremos describiendo a continuación. En primer lugar el personal sanitario ha de tener la formación necesaria respecto al procedimiento de inserción y mantenimiento de los catéteres así como respecto a los factores de riesgo que favorecen la bacteriemia. Debemos insistir en una correcta higiene de las manos antes de la inserción del catéter y de las curas de mantenimiento.
La clorhexidina ha demostrado ser muy superior a la povidona yodada para la desinfección de la piel4. Por otro lado, es conocido que un alto porcentaje de personal suplente o una gran proporción de pacientes por enfermera se asocian con una mayor incidencia de BRC.
La elección de un tipo u otro de catéter vascular depende del uso y presumible duración del mismo y de las características y necesidades del paciente. Esto es muy importante porque cada tipo de catéter vascular se asocia a un riesgo de infección diferente según sus características. Así, la menor incidencia de BRC corresponde al catéter venoso periférico y las más altas al catéter venoso central no tunelizado.
Dado que la densidad de la flora microbiana de la piel es el principal factor de riesgo de la BRC, siempre que se posible, ha de evitarse el territorio de la vena femoral (VF). Este abordaje se asocia con un mayor riesgo de infección, especialmente con un alto porcentaje de infecciones por bacilos gramnegativos.
A continuación mencionaremos sólo las recomendaciones con nivel de evidencia categoría IA y IB según el modelo del Healthcare Infection Control Practices Advisory Committee.
La categoría IA se refiere a medidas de implantación muy recomendable, sólidamente avaladas por estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos bien diseñados, mientras que la categoría IB hace referencia a medidas de implantación recomendable, avaladas por algunos estudios experimentales, clínicos o epidemiológicos y con un fundamento teórico sólido.
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