Los errores médicos son una de las razones principales de muerte y lesión en los países civilizados. Se ha estimado que la tasa de complicaciones quirúrgicas se sitúa entre el 3-16% y la tasa de mortalidad en 0.4-0.8%. Al menos 7 millones de complicaciones incapacitantes, incluyendo 1 millón de muertes cada año en todo el mundo.
Un efecto adverso quirúrgico se define como “un resultado desfavorable atribuible a un procedimiento quirúrgico” 1.
Los estudios efectuados en este ámbito han mostrado la dificultad de su análisis debido a la variabilidad de los sistemas de registro y a la extensa gama de definiciones. Los efectos adversos quirúrgicos están relacionados con accidentes intraoperatorios quirúrgicos o anestésicos, con complicaciones postoperatorias inmediatas o tardías y con el fracaso de la intervención quirúrgica. Por la gravedad de sus consecuencias pueden ser leves, moderados, con riesgo vital o fatales, por el fallecimiento del paciente. Se han clasificado en:
• Complicaciones de la herida quirúrgica.
• Complicaciones de la técnica quirúrgica.
• Complicaciones sistémicas (infección respiratoria, infección urinaria, infección de la vía central, infarto de miocardio, trombosis venosa profunda, tromboembolia pulmonar y fracasos orgánicos).
• Fracaso quirúrgico por persistencia o recidiva de la enfermedad o de sus síntomas.
• Accidentes anestésicos.
El Estudio Nacional sobre los Efectos Adversos ligados a la Hospitalización (ENEAS) 2, puso de manifiesto que los efectos adversos más frecuentes en los servicios quirúrgicos son los relacionados con el procedimiento, con la infección nosocomial y con la medicación.
La experiencia y la especialización del equipo quirúrgico, sobre todo en intervenciones de mediana y alta complejidad, ha demostrado ser un factor determinante en la disminución de resultados adversos.
Cabe destacar como un factor contribuyente de complicaciones en los pacientes, la mala comunicación entre el equipo quirúrgico. Este es un problema común que ocurre y que puede poner en peligro la seguridad de los pacientes por aumento de la carga cognitiva, interrupción de la rutina de las actividades a realizar y aumento de la tensión en el quirófano.
En el estudio observacional de Lingard se clasifican cuatro tipos de fallos de comunicación: ocasión (tiempo óptimo), contenido (insuficiencias o imprecisiones), el propósito y el grupo. Los fallos de comunicación se produjeron en aproximadamente el 30% de los intercambios del equipo. Establece una posible solución a las deficiencias en la comunicación del equipo, la adaptación al sistema de la lista de verificación en uso para las comunicaciones sistemáticas del equipo en la industria de la aviación.
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