Editorial de la Revista Iberoamericana de Cirugia Vascular Volumen 8 Numero 2 del año 2020

Seguimos padeciendo los efectos de la pandemia producida por el coronavirus COVID-19, en algunas zonas geográficas habiendo pasado, parece ser lo peor de sus efectos, y en otras todavía afectando a la situación más crítica de la misma; sufriendo en todos los campos y sectores las repercusiones de este dramático problema.
En el ámbito de la cirugía vascular también ha tenido sus efectos, tanto a nivel asistencial replanteándose las rutinas de atención al paciente en muchos casos restringiendo su actividad a nivel docente y de formación continuada, al alterarse los programas formativos y divulgativos de la especialidad, y también a nivel investigador, al depender esta faceta en la mayoría de los casos de la asistencial, y por otro lado aportándose nuevos datos de los efectos del coronavirus a nivel vascular.
Se esta hablando de un antes y un después, se están aportando numerosos puntos de vista, evidentemente soportados por apreciaciones y opiniones, pero hasta ahora no cimentados en hechos objetivos, pero lo cierto es que es difícil aventurar como discurrirán los acontecimientos en el futuro.
Desde el punto de vista asistencial, independientemente de las medidas que se están aplicando de forma especial para atender al paciente, se volverá a los planteamientos anteriores y si hay cambios serán por la propia evolución de la especialidad y no por la situación de haber sufrido una pandemia.
Volumen 8 – Numero 2
Esta pasará, igual que lo hicieron otras anteriores a lo largo de la historia de la humanidad, sin haberlas podido atribuir cambios radicales.
En la formación también volverá la presencial, independientemente que se haya potenciado la que utiliza medios telemáticos por imposibilidad de hacer la primera. Todavía el hecho presencial tiene su valor. La interrelación entre los individuos sigue siendo necesaria y nadie concibe una sociedad de seres humanos individualizados relacionándose sólo informáticamente.
Posiblemente los grandes eventos con gran asistencia de participantes tanto profesionales de la medicina como de la industria que lo soporta, vayan a cambiar su perfil, pero el mismo, desde mi punto de vista en estos momentos se soporta en un planteamiento caduco y mas que en muchas ocasiones estos son más un negocio y motivo de turismo, que una actividad puramente científica.
La telemedicina en todos los campos está ahí, y no solo no hay que ignorarla, sino aprovecharla, pero no se justificara a raíz de una pandemia, sino de su propia utilidad.
En el perfil investigador, esta actividad se desarrolla en base a las necesidades socio-sanitarias y una vez que pase la pandemia y se dispongan de los recursos para prevenirla y tratarla, el tema será apartado para dar prioridad a otros mas relevantes desde el punto de vista de la atención al ser humano con patología vascular.
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