El uso de prótesis vasculares y dispositivos endovasculares ha permitido tratar muchas patologías que antes no se intervenían por un riesgo quirúrgico muy muy alto, como es el caso de los aneurismas de aorta torácica.
Los materiales usados para estas reconstrucciones son muy resistentes y de larga duración, pero son muy sensibles a ser colonizados y presentar infección, lo que genera una morbimortalidad muy alta.
La infección protésica se maneja con resección o explantación, lo que puede generar sangrado, falla multi orgánica, sepsis o isquemias tisulares. La incidencia de infección para prótesis vasculares y endovasculares es del 0,5% – 5%, y está asociada a la indicación de la intervención, patologías asociadas del paciente, sitio de implantación y técnica quirúrgica.
La infección protésica luego de cirugía de la aorta torácica es mucho menor que la cirugía de la aorta abdominal o procedimientos periféricos, y mucho menor en casos de procedimientos endovasculares, oscilando entre el 0,5%-1% (3,4).
Caso clínico
Se presenta el caso de un paciente de 64 años con antecedente de aneurisma del arco aórtico y aorta descendente, manejado extra institucionalmente con una prótesis de aorta torácica endovascular y un Debranching de las ramas del arco aórtico, con injerto carotido carotideo y carotido subclavio izquierdo en Dacrón, por vía pre traqueal , con antecedente de intento de cubrimiento del injerto expuesto con un flap miocutáneo el cual fue fallido por necrosis
Caso clínico completo en Revista Iberoamericana Cirugia Vascular vol 6 num 1
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