Considerada por muchos como una epidemia del presente siglo, la Diabetes Mellitus constituye un problema de salud complicado para todos los gobiernos y sociedades.
Pero quizás la complicación más preocupante y a la vez de una alta carga de sensibilidad para los pacientes y sus familiares, a la vez que es una causa de minusvalidez y retroceso de la calidad de vida individual, es el llamado pie diabético
Con datos estadísticos que reflejan que cada año, cerca de 4 millones de diabéticos tienen una úlcera en el pie, que cada 30 segundos, un diabético sufre de alguna amputación en algún lugar del mundo, y que entre el 15-35% de esta población tendrá una ulcera en el pie en algún momento de su vida este significativo problema de salud se ha visto agravado al continuar los estudios, cuando autores han señalado que los portadores de un síndrome del pie diabético, tienen los más altos indicadores de amputaciones y muerte.
El paciente portador de este síndrome y agravado con una amputación tiene un grado de supervivencia menor de 4 años cuando se compara a otro diabético sin esa enfermedad.
¿Cómo disminuir estos riesgos de amputación y muerte? ¿Cómo hacerlo reduciendo costos?
Desde el siglo anterior, en la década de los años 80, un grupo de investigadores encabezados por Berlanga y cols definían los primeros pasos en el uso del Factor de Crecimiento epidérmico en forma tópica para el tratamiento de quemaduras, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
A partir de estudios practicados en animales de experimentación, pudo comprobarse años después, que la infiltración local de este factor de crecimiento epidérmico a forma recombinante sobre los llamados receptores de FCE, provocaban angiogenesis local y producían cambios positivos en las fases de cicatrización.
En el año 2001, comenzaron los estudios en seres humanos con el uso de este factor a forma inyectable intra y perilesional en la ulcera del pie diabético. Se demostró en los estudios fase III y en la farmacovigilancia sobre 2,000 pacientes tratados, para confirmar los resultados de los clinical trial, que la probabilidad de granulación completa era de un 75%, el 61% tuvo una curación total de la lesión, un 16% absoluto y un 71% relativo en la reducción del riesgo de amputación.
En el estudio de farmacovigilancia se comprobó que el 70% de los pacientes tratados con el factor de crecimiento a forma inyectable sobrevivieron 4 años más de vida cuando se comparó a los que no recibieron esta aplicación.
En México el tratamiento para UPD es considerado como un problema grave de salud, pues se trata un problema no resuelto y una de las complicaciones crónicas de mayor costo económico, con una prevalencia de 9.1% del total de casos con diabetes, y 5.5% de amputaciones.
Accede al articulo completo en la Revista Iberoamericana de la Cirugia Vascular Volumen 7 Numero 2
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