
Sí que es razonable y necesario, que las actuaciones médicas por los profesionales en el marco de la medicina y por la extensión la cirugía, se basen en la experiencia y la información previa disponible, y que esta información sea incrementada por las aportaciones de los facultativos que la acumulan en el considerado marco del saber médico.
Sin embargo, hay situaciones que cuestionan que toda la información transmitida por estos profesionales sea veraz. Es difícil de creer que la mayoría de las aportaciones en el marco de los congresos y las reuniones científicas, curiosa y sospechosamente, muestran excelentes resultados, sin apenas complicaciones o fracasos.
Posiblemente esta realidad se deba, a que todo el mundo tiende a informar de sus logros personales, omitiendo los fracasos o los resultados negativos.
También llama la atención que existen a nivel mundial diferentes eventos, con gran asistencia, organizados muchos de ellos con un evidente sentido comercial, donde se trasmite casi siempre una información dirigida y de acuerdo con los intereses de la industria que es quien financia los eventos, y que por otra parte se da un hecho curioso común en algunos de ellos, y es que el chairman o director que los dirige, generalmente de edad avanzada, no limita su actuación al negocio, sino que emiten información dogmatizada, comportándose como líderes de opinión y para mayor extrañeza, algunos de ellos de foros quirúrgicos, nunca tuvieron esta actividad aunque se refieran a ella e incluso opinan sobre aspectos técnicos de procedimientos de este perfil.
Otra de las situaciones que podemos constatar es la presencia repetitiva de determinados ponentes en todos los eventos que se realizan de una determinada especialidad. En algunos casos exponen las mismas aportaciones de forma repetitiva, o lo que es peor de cualquier campo como si fueran expertos conocedores de todas las áreas del saber.
Aportan su amplia experiencia, increíble en muchos casos porque es imposible su participación en lo que exponen, al no disponer del tiempo de trabajo necesario al encontrarse casi siempre viajando, no contar con un equipo que lo pueda realizar en su ausencia, de un hospital con el volumen suficiente de actividad, o por último, de una población de su adscripción que puedan soportar los datos, dándose la curiosa circunstancia que calculando las cifras aportadas y la población de referencia, para ser creíbles sus aportaciones, los ciudadanos deberían en su totalidad haber sido intervenidos del mismo procedimiento varias veces.
El colmo de los despropósitos, es que suelen ser estos profesionales los que utilizan las casas comerciales o industrias de material sanitario o laboratorios farmacéuticos, para poder promocionar sus productos en base a sus excelentes resultados aportados.
Estos profesionales casi siempre son los mismos, autores de múltiples publicaciones en medios y revistas de amplia difusión, y gozando un gran prestigio científico; aunque analizando de forma minuciosa sus aportaciones y las circunstancias de su forma y medio de trabajo no son creíbles.
De su información, el colectivo general de profesionales obtienen la información necesaria, especialmente para tomar las decisiones terapéuticas.
En resumen, que por estos hechos, a lo que se añade la existencia de profesionales que precisan publicaciones por la necesidad curricular que pueden por la forma y medios de elaborarlos no soportar información veraz, impulsan a la sociedad científica a ser muy prudente a la hora de creerse las aportaciones y considerar que un alto porcentaje de lo informado puede ser falso, lo que explicaría el incomprensible lento avance y desarrollo de la medicina en general.
Prof. Carlos Vaquero
Director y Redactor Jefe de la Revista Iberoamericana de Cirugía Vascular.
Catedrático de Angiología y Cirugía Vascular
Descarga de la Revista Iberoamericana de Cirugia Vascular numero 7 volumen 2
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