Cuando se analiza y valora el currículum profesional de un buen número de angiólogos y cirujanos vasculares tanto ya egresados en la especialidad, como los que están en formación, se puede comprobar que el mismo es muy pobre sobre todo en aspectos que demuestren la actividad científica, que al final se acaba manifestando en el liderazgo profesional.
Pocos profesionales presentan publicaciones en revistas de amplia difusión internacional, si bien es cierto que publicar en ella conlleva salvar la barrera idiomática de la lengua inglesa en la que se expresan la mayoría de ellas, pero posiblemente también por no tener una adecuada formación y hábito en la publicación científica. Lo grave es que tampoco se refleja su actividad en revistas de más fácil acceso en la propia lengua que es la hispana porque ni tan siquiera se tiene interés por hacerlo.
Parece ser, que toda actividad científica de un buen número de angiólogos y cirujanos vasculares se centra fundamentalmente en la ponencia y comunicación presentada en los Congresos Médicos, donde el presentador se suele granjear en la suerte, realiza exposiciones extensas de aspectos que o son genéricos o ampliamente conocidos, como los anatómicos y fisiopatológicos sin centrarse en el principal objetivo de la aportación, que sería el aspecto novedoso de su contenido. Esto hace que en las presentaciones se aporten multitud de datos irrelevantes que por cierto nadie intenta corregir para formar al ponente sobre todo si es novel hacia una adecuada presentación y muy al contrario se le suele felicitar hasta la saciedad, aunque su aportación haya sido francamente desastrosa.
Con esta forma de presentación, los eventos científicos se alargan en el tiempo de forma interminable, sin ningún respeto a las normas de presentación y donde casi todo el mundo más que transmitir parece que pretende escucharse a sí mismo y regalarse el oído.
Esta forma de presentación contrasta con la anglosajona que, aunque contaminada de mil defectos e incluso algunos básicos como es la de exponer experiencias ajenas o producto de la elaboración de la información aportada por otros, sí que suelen ser concisas y precisas exponiendo lo fundamental y ateniéndose a lo relevante.
Lo más grave de la situación es que el mundo iberoamericano tiene potencial, pero evidentemente no sabe aprovecharlo y que a veces todo lo centra y más en este tiempo de retrasmisiones de procedimientos quirúrgicos, en banales y a veces pretendidas exhibiciones técnicas que nada aportan y que más que levantar la admiración despiertan otro tipo de sentimientos si no se mantiene el espectador en la indiferencia.
Es evidente por otro lado, de la capacidad del profesional iberoamericano, que cuando se traslada al área anglosajona y sus herramientas en la casi totalidad de los casos triunfa, por lo que es deducible que el problema no se centra en la persona, sino en la forma de trabajar.
Accede a la descarga de la Revista Iberoamericana de la Cirugia Vascular Volumen 9 Numero 1
O se cambia o el mundo hispano en general, seguirá sumergido en muchos casos en relativa mediocridad, y este cambio es responsabilidad de quien ejerce las jefaturas y direcciones de los servicios sanitarios en especial, donde se realiza formación.
Prof. Carlos Vaquero
Director y Redactor Jefe de la Revista Iberoamericana de Cirugía Vascular.Catedrático de Angiología y Cirugía Vascular
Deja una respuesta