En el campo de la medicina es habitual encontrarse con numerosas asociaciones científicas en un mismo campo de conocimiento. Algunas de ellas tienen carácter internacional, otras nacional o regional y también existen algunas con un perfil totalmente local. Lo que a priori pudiera valorarse de una forma positiva en esta multiplicidad de asociaciones, a la larga a veces resulta totalmente negativo al contemplar los mismos objetivos, estar formada por las mismas persona y consumir recursos en especial materiales, duplicando las actividades, aportando muy poco al conocimiento, que generalmente es el objetivo principal de este tipo de instituciones.
Los motivos de esta situación son muy diversos como la territorialidad de los asociados, diferentes objetivos, afanes personales de protagonismos o enfrentamientos en lo personal de algunos de los asociados.
En el campo de la angiología y cirugía vascular se refleja la situación que previamente comentaba desde el punto de vista genérico. Se puede considerar que existen muchas asociaciones con el mismo perfil y que tienen teóricamente los mismos fines y objetivos asociacionistas. En muchos casos, cada región tiene la suya, lo mismo pasa con cada nación, lo cual parece justificable, pero lo quizá parece menos es que coexistan varias en el mismo contexto, extensión geográfica y que la única diferencia sean los intereses de sus líderes.
Desde este punto de vista hay determinadas personas que consideran la asociación como algo privativo, actuando en la misma, como si fuera de su propiedad, dejando a los colaboradores y asociados la participación como simples floreros o tontos útiles actuando los dirigentes con el perfil de caciques en la asociación. Es de extrañar que en algunos casos se ha dado el hecho de que el Presidente electo no ha estado en la convención donde se le eligió, tampoco participó en la gestión de su periodo de presidencia y ni tan siquiera estuvo en la reunión donde se producía su cese, eso sí sirvió como hombre de paja para que otros controlaran y administraran la situación posiblemente para su propio beneficio. Por otro lado las asociaciones científicas se han utilizado como simple instrumento para hacer dinero, siendo la base de actuaciones fraudulentas y en donde los asociados no se les ha permitido emitir opinión ni por supuesto queja.
Considero que desde una visión positiva, cuanto más actividad científica mejor, pero que la misma no esté al servicio de nadie, sino más bien al de ciencia, del conocimiento y en nuestro caso en el desarrollo en todos los campos de nuestra especialidad de la angiología y cirugía vascular.
Los eventos deberían soportarse en la excelencia de contenidos y no en la obligatoriedad de realizarles con cierta periodicidad. Los recursos económicos, que casi siempre salen de la industria debería de optimizarse su empleo y utilizarles de una forma racional.
Por otro lado estamos hablando de ciencia, de avance científico y otras propuestas de desarrollo y existe otro perfil, que sobre todo en ámbitos internacionales, si se desarrolla correctamente debe de ser también considerado. Nos estamos refiriendo a la confraternización, que si se hace adecuadamente, sirve para unir voluntades, fijar conceptos e iniciar colaboraciones
Prof. Carlos Vaquero
Director y Redactor Jefe de la Revista Iberoamericana de Cirugía Vascular
Catedrático de Angiología y Cirugía Vascular
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