La isquemia crítica constituye la forma más evolucionada de la enfermedad arterial periférica en las extremidades inferiores. Afecta a un subgrupo de pacientes con alto riesgo vascular y elevada tasa de comorbilidad, asociándose a un riesgo de muerte y/o amputación mayor de la extremidad muy elevada.
El tratamiento de elección es la revascularización cuando es técnicamente posible, pero no todos los pacientes se pueden beneficiar de ello; muchos pacientes son muy frágiles para soportar la intervención y en muchos de ellos el balance riesgo-beneficio resulta desfavorable.
Las series publicadas nos muestran que a pesar de la revascularización la tasa de muerte y amputación mayor, a corto y medio plazo sigue siendo elevada. Además es muchas veces difícil decidir en qué pacientes merece la pena correr el riesgo de la intervención, pesando en la decisión múltiples factores que muchas veces no presentan una objetividad claramente definida.
Por otra parte, los modelos predictivos de riesgo han surgido en el mundo de la cirugía como una herramienta objetiva a la hora de evaluar el riesgo de la intervención, más allá del tradicional juicio clínico, no exento de subjetividades
Un ejemplo de ello es el exitoso y aplicado a gran escala Euroscore, en el campo de la Cirugía Cardiaca. Sin embargo en la Cirugía Vascular en general (y en la isquemia crítica en particular) este es un campo aún por desarrollar. Hasta el momento se han publicado cuatro modelos predictivos de riesgo en el contexto de la revascularización por isquemia crítica.
La escala de riesgo Finnvasc (derivada del registro vascular finlandés) se desarrolló con el objetivo de predecir la supervivencia libre de amputación mayor a 30 días en pacientes sometidos a cirugía de revascularización convencional infrainguinal.
La escala de riesgo PREVENT III (derivada de un ensayo clínico del mismo nombre) se diseñó para tratar de predecir la supervivencia libre de amputación al año tras bypass infrainguinal autólogo. El modelo de riesgo derivado del ensayo clínico BASIL se creó con el objetivo de predecir la probabilidad de supervivencia (independientemente del riesgo de amputación) a los dos años de la revascularización.
Y finalmente el modelo de riesgo CRAB se desarrolló para predecir la mortalidad y morbilidad mayor a 30 días (también independientemente del riesgo de amputación) en pacientes a los que se realizó un bypass infrainguinal .
Sin embargo, aunque existen trabajos de validación de algunas de estas escalas (9-12), su utilización en la práctica clínica habitual es escasa, sin datos fehacientes de su aplicabilidad en entornos geográfico-poblacionales ajenos a donde se han desarrollado.
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