La Insuficiencia Arterial Aguda de las extremidades superiores es una condición poco fecuente, responsable del 15 al 18% de los procedimientos que se realizan por isquemia aguda en extremidades. Se presenta con menor frecuencia que en las extremidades inferiores con una relación 1:4, tiene una incidencia de 0.86 a 1.3 casos por 100,000 habitantes por año. La edad promedio es de 74 años. La verdadera incidencia es difícil de determinar, dado que la mayoría de los estudios se realizan en pacientes tratados quirúrgicamente excluyendo aquellos que reciben manejo conservador 1.
La historia clínica y el examen físico son importantes para establecer la etiología, duración y severidad de la isquemia, para determinar la mejor opción terapéutica. De acuerdo al tiempo de evolución se considera aguda en los primeros 14 días de aparición de los síntomas y crónica o tardía posterior a los 14 días.
La embolectomía con Fogarty es el tratamiento quirúrgico más común, se considera el gold standard con el cual se comparan todos los otros métodos y ofrece resultados favorables, 65-94%, con mínimas complicaciones. Se pueden realizar procedimientos percutáneos para remover el trombo; éstos incluyen terapia trombolítica (catéter dirigida o farmacomecánica), aspiración percutánea y trombectomía percutánea mecánica, o combinación de ellos.
La retrombosis es más frecuente en pacientes con patologías inmunes o anatómicas de base. La mortalidad hospitalaria estád determinada por la comorbilidad y la presencia de embolismos cerebrales o viscerales. La mortalidad a los 30 días es mayor del 19% posterior a la embolectomía.
La construcción de fístula arteriovenosa se ha utilizado como tratamiento adyuvante en pacientes sometidos a procedimientos de bypass infrainguinal en donde se encuentran pobre flujo de entrada, con alto riesgo de falla hemodinámica, y por lo tanto, trombosis. Este procedimiento reduce la resistencia y aumenta el flujo a nivel del injerto, superando asi el umbral trombótico. Paul B. Kreienberg, et. al, estudiaron la permeabilidad del bypass infrainguinal con injerto autólogo, al realizar fistulas arteriovenosas como procedimientos adyudante para mejorar el flujo de entrada, con una permeabilidad del 48% a los 2 años con un 76% de salvamento de la extremidad.
La construcción de fístulas arteriovenosas ha demostrado incrementar el porcentaje de salvamento en extremidades de pacientes con enfermedad arterial crónica, este caso muestra su utilidad en un escenario fisiopatológico distinto, por enfermedad arterial aguda y en extremidad superior.
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