Es evidente que desde el principio del desarrollo de la angiología y cirugía vascular, han surgido múltiples asociaciones científicas (asociacionismo) con diversos ámbitos que han ido de los internacionales, pasando por los nacionales hasta llegar a los locales. Cada uno ha tenido diferentes motivaciones en su constitución y hasta diferentes fines, aunque en algunos casos han sido coincidentes.
Hemos asistido a ver como determinadas sociedades científicas eran promovidas y desarrolladas por eminentes profesionales que decidieron en su momento unirse para impulsar el área vascular. En otros casos ha sido producto de la deserción de algunos que crearon una sociedad diferente al no encontrase cómodos en donde estaban integrados. En algún caso concreto, ha sido producto del impulso de un líder que ha sido secundado por un número de colegas. Sin embrago, en todas la sociedades han existido problemas de mayor o menor envergadura, que en la mayoría de los casos han podido ser solucionados. En otros la escisión ha sido el resultado. Si analizamos el por qué de estos desencuentros, encontramos que en determinadas sociedades se ha debido a un problema de liderazgo, en otros de grupo o escuela y en otros porque no se tuvieron en consideración los fines por la que la sociedad fue fundada.
Es evidente, que el angiólogo y cirujano vascular, como cualquier profesional de la medicina, precisa este tipo de sociedades, ya sea para participar en sus foros científicos, trasmitir sus aportaciones, recibir la información que el colectivo le aportar o simplemente no estar aislado científicamente, donde la supervivencia profesional si no se trabaja en un ámbito informativo adecuado, no es posible. En el área latinoamericana, coexisten las sociedades nacionales, alguna con perfil más o menos local y las internacionales.
Este área fundamentalmente se caracteriza por compartir una lengua con idénticas raíces y donde es fácil la comprensión y el entendimiento. No obstante, no se ha creado la sociedad en la cual todo el mundo se pueda sentir a gusto y protagonista. Para ello sería necesario crear una asociación donde los líderes sean menos líderes, donde la participación sea muy extensa y que el manejo de la asociación no sea de unos pocos para otros pocos. Posiblemente, sería necesaria que las posibilidades de participación sean muy amplios, hecho que si que se da en las reuniones de las asociaciones científicas latinoamericanas, creando la plataforma de amplia participación, evitando los grupos cerrados donde los mismos son siempre los que participan. En estas reuniones, soy un defensor de menos ponencias y más comunicaciones y donde todo el mundo tenga la capacidad de participar y aportar.
Prof. Carlos Vaquero
Director y Redactor Jefe de la Revista Iberoamericana de Cirugía Vascular
Catedrático de Angiología y Cirugía Vascular
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